Domingo, 14 de noviembre de 2021
Celebración del "Jubileo de los Pobres" con las "personas sin techo" de la ciudad de Valencia
Jóvenes voluntarios compartieron con las personas sin hogar una eucaristía y una comida de fraternidad
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Nuestra comunidad parroquia de San Francisco de Borja de Valencia junto con la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia hemos organizado un jubileo para los pobres en el que se ha preparado una comida de fraternidad para las personas sin hogar a las que semanalmente atendemos en las calles de la capital valenciana.
La iniciativa ha sido organizada con motivo de la V Jornada Mundial de los Pobres y se enmarca dentro del Año Jubilar en honor a San Francisco de Borja, según ha indicado Pedro Miret Giner, nuestro párroco y presidente de la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia de Valencia.
A las 12 horas se ha celebrado hoy una eucaristía en nuestra parroquia, a la que han sido invitadas todas las personas y familias con niños en situación de sin hogar así como los propios voluntarios y devotos de la asociación Apostolado de la Divina Misericordia y nuestros feligreses.
Previamente a la celebración, las personas sin hogar han podido ducharse y asearse en unas duchas especiales, separadas para hombres y mujeres, que se han instalado para la ocasión en los locales parroquiales y también se le ha proporcionado a cada uno de ellos una muda completa de ropa.
Tras la misa, en la que los pobres han obtenido la indulgencia plenaria por tratarse de un templo jubilar, se ha compartido una comida de fraternidad con todas las personas sin hogar que han asistido. El objetivo es hacer que estas personas “se sientan como en casa”, y que sean los jóvenes y adultos voluntarios quienes les sirvan su plato de comida caliente, en esta ocasión fideuà, con su bebida y su postre.
Después de comer, los jóvenes voluntarios han preparado diversas actividades lúdicas, con bailes y karaoke, para compartir una tarde agradable. Además se les ha entregado como regalo de la jornada una bolsa del peregrino con otra muda de ropa, una manta nueva a estrenar y un lote de productos de higiene de primera necesidad, con cepillo de dientes y dentífrico, jabón o colonia, entre otras cosas.
“Queremos que se sientan parte de la familia, como nuestros hermanos, que es lo que nos pide el Papa en su mensaje de la Jornada de los Pobres y lo que llevamos haciendo en el Apostolado de la Divina Misericordia desde 2016”, explica el sacerdote Pedro Miret.
“Llevamos visitándolos todos los miércoles desde hace mucho tiempo, los conocemos y sabemos que van a venir familias enteras con niños que viven en la calle como pueden, en núcleos de pobreza que tenemos detectados”, ha añadido.
La Divina Misericordia cuenta con un gran grupo de voluntarios jóvenes que para Pedro Miret supone “una gran riqueza para la Iglesia”. “Es una experiencia muy enriquecedora para los jóvenes, ellos lo buscan, lo quieren y lo necesitan ya que no se trata sólo de salir por la noche y dar un bocadillo a los pobres, ésta es una experiencia que toca el corazón de las personas”, ha asegurado el sacerdote.